

Mitos y realidades: sobre el rendimiento
de un camión

El transporte de carga en Colombia no es un trabajo para principiantes. Cada viaje a través de nuestras imponentes cordilleras es una prueba de fuego para la mecánica de su vehículo. Su camión, tractocamión, turbo o bus no solo enfrenta la altitud extrema, si no también las altas temperaturas generadas por el constante frenado y el manejo de cargas pesadas en pendientes brutales.
¿Conduce por La Línea o por los desafiantes descensos del tramo Pamplona-Saravena? ¿Su vehículo asciende con dificultad la vía al Páramo de la Cruz o se enfrenta a las curvas cerradas y variables climáticas de la ruta Mocoa-Pasto?
En estas condiciones, las creencias populares y los consejos de “ahorro” que circulan, es muy importante verificarlas una a una. La diferencia entre un mito y una realidad es la diferencia entre un viaje exitoso y uno, con muchos “baches” en el camino.
Conoce algunos de los mitos a continuación:
¿Conduce por La Línea o por los desafiantes descensos del tramo Pamplona-Saravena? ¿Su vehículo asciende con dificultad la vía al Páramo de la Cruz o se enfrenta a las curvas cerradas y variables climáticas de la ruta Mocoa-Pasto?
En estas condiciones, las creencias populares y los consejos de “ahorro” que circulan, es muy importante verificarlas una a una. La diferencia entre un mito y una realidad es la diferencia entre un viaje exitoso y uno, con muchos “baches” en el camino.
Conoce algunos de los mitos a continuación:
Mito 1: “Si no hay fugas visibles, el aceite está bien”
La creencia es sencilla: si no hay fugas visibles, el aceite está bien. Muchos transportadores optan solo por revisar el nivel o añadir un poco de lubricante cuando es necesario, asumiendo que el reemplazo total es un “gasto” innecesario y que este lubricante es “de por vida” a menos que se escuche un ruido.
La realidad es que la caja de cambios (transmisión) y los diferenciales son los componentes que absorben la presión más brutal de todo el camión. Cuando usted sube una pendiente con 30 o 40 toneladas de carga o desciende usando el freno de motor, el aceite de engranajes está siendo sometido a una presión extrema.
Este estrés térmico y mecánico causa dos fenómenos destructivos:
Degradación: El aceite se rompe molecularmente, perdiendo su capacidad de proteger los dientes de los engranajes.
Consumo de Aditivos EP: Los aditivos de Extrema Presión (que son los que evitan el contacto metal-metal) se agotan con el tiempo y el calor.
La creencia es sencilla: si no hay fugas visibles, el aceite está bien. Muchos transportadores optan solo por revisar el nivel o añadir un poco de lubricante cuando es necesario, asumiendo que el reemplazo total es un “gasto” innecesario y que este lubricante es “de por vida” a menos que se escuche un ruido.
La realidad es que la caja de cambios (transmisión) y los diferenciales son los componentes que absorben la presión más brutal de todo el camión. Cuando usted sube una pendiente con 30 o 40 toneladas de carga o desciende usando el freno de motor, el aceite de engranajes está siendo sometido a una presión extrema.
Este estrés térmico y mecánico causa dos fenómenos destructivos:
Degradación: El aceite se rompe molecularmente, perdiendo su capacidad de proteger los dientes de los engranajes.
Consumo de Aditivos EP: Los aditivos de Extrema Presión (que son los que evitan el contacto metal-metal) se agotan con el tiempo y el calor.

Mito 2: “Está bien mi transmisión mientras no haya ruido o fugas”
Muchos conductores confían en la famosa frase de que si el camión “se siente bien”, si la caja entra sin problema y al bajar no hay señales de calor, la transmisión no requiere atención.
La señal de “alarma” más común es el ruido (zumbido) o la fuga severa. Mientras el sistema esté en silencio y sellado, el aceite y los componentes internos son ignorados.
La realidad es que esperar a que suene un ruido en la transmisión o el diferencial es, de hecho, esperar a que ocurra un daño costoso e irreparable.
Cuando un engranaje comienza a emitir un zumbido o un golpe, por lo general ya se ha producido la picadura (pitting) o la fractura en los dientes. Esto significa que la fricción metal-metal ha estado ocurriendo debido a la pérdida de las propiedades de extrema presión del lubricante.
Muchos conductores confían en la famosa frase de que si el camión “se siente bien”, si la caja entra sin problema y al bajar no hay señales de calor, la transmisión no requiere atención.
La señal de “alarma” más común es el ruido (zumbido) o la fuga severa. Mientras el sistema esté en silencio y sellado, el aceite y los componentes internos son ignorados.
La realidad es que esperar a que suene un ruido en la transmisión o el diferencial es, de hecho, esperar a que ocurra un daño costoso e irreparable.
Cuando un engranaje comienza a emitir un zumbido o un golpe, por lo general ya se ha producido la picadura (pitting) o la fractura en los dientes. Esto significa que la fricción metal-metal ha estado ocurriendo debido a la pérdida de las propiedades de extrema presión del lubricante.

Mito 3: “Si el Aceite es (Más Viscoso), Protege Mejor mi motor diésel”
Este mito nace de la lógica simple: si un motor de camión es viejo, consume aceite o trabaja bajo condiciones muy calientes (como las rutas de carga pesada), se cree que el aceite “grueso” (de alta viscosidad), crea una película más fuerte y gruesa. La percepción es que este viscosidad extra reduce las fugas y protege mejor los metales del desgaste, especialmente cuando el motor ya tiene muchos kilómetros de trabajo.
La protección correcta de un motor diésel no se mide por qué tan “grueso” se siente el aceite, sino por la estabilidad molecular y la calidad de su formulación bajo las condiciones extremas de operación. Un aceite demasiado viscoso, especialmente en frío (o al arrancar), dificulta la circulación. Esto retrasa la lubricación crítica en los primeros segundos de encendido, cuando el desgaste es máximo.
Mito 4: “Los Aditivos son un Gasto Innecesario”; “Solo Llene con Diésel y Listo”
Muchos creen que la calidad del diésel vendido en las estaciones de servicio es suficiente para un motor moderno y que los aditivos son productos costosos o solo necesarios para vehículos antiguos que presentan “fallas”. La lógica es: “Si mi camión es nuevo y gasta bien, solo necesito combustible y listo.”
La realidad, para el transporte de carga, los aditivos son una medicina preventiva indispensable, no una solución de emergencia.
Este mito nace de la lógica simple: si un motor de camión es viejo, consume aceite o trabaja bajo condiciones muy calientes (como las rutas de carga pesada), se cree que el aceite “grueso” (de alta viscosidad), crea una película más fuerte y gruesa. La percepción es que este viscosidad extra reduce las fugas y protege mejor los metales del desgaste, especialmente cuando el motor ya tiene muchos kilómetros de trabajo.
La protección correcta de un motor diésel no se mide por qué tan “grueso” se siente el aceite, sino por la estabilidad molecular y la calidad de su formulación bajo las condiciones extremas de operación. Un aceite demasiado viscoso, especialmente en frío (o al arrancar), dificulta la circulación. Esto retrasa la lubricación crítica en los primeros segundos de encendido, cuando el desgaste es máximo.
Mito 4: “Los Aditivos son un Gasto Innecesario”; “Solo Llene con Diésel y Listo”
Muchos creen que la calidad del diésel vendido en las estaciones de servicio es suficiente para un motor moderno y que los aditivos son productos costosos o solo necesarios para vehículos antiguos que presentan “fallas”. La lógica es: “Si mi camión es nuevo y gasta bien, solo necesito combustible y listo.”
La realidad, para el transporte de carga, los aditivos son una medicina preventiva indispensable, no una solución de emergencia.

Los motores diésel modernos (con sistemas Common Rail) operan a presiones extremadamente altas. Cualquier variación en la calidad del combustible o acumulación de hollín y depósitos de carbono puede obstruir los inyectores, comprometiendo la pulverización y el patrón de combustión. Esto se traduce en pérdida de potencia, mayor consumo de combustible y, a largo plazo, fallas en el inyector.
En el Cumplimiento de lo Técnico-Mecánica: Un motor con inyectores sucios produce más partículas contaminantes. El uso de aditivos ayuda a mantener limpio el sistema de combustión, lo cual es ayuda a que su camión pase la revisión de emisiones exigida.
En el Cumplimiento de lo Técnico-Mecánica: Un motor con inyectores sucios produce más partículas contaminantes. El uso de aditivos ayuda a mantener limpio el sistema de combustión, lo cual es ayuda a que su camión pase la revisión de emisiones exigida.

Mito 5: “Revisar Niveles en Frío y a Simple Vista es Suficiente Antes de un Viaje Largo”
Muchos transportadores confían en un “checklist” rápido antes de salir a carretera: verificar visualmente el nivel del aceite de motor, el refrigerante y, quizás, el líquido de frenos (en camiones livianos), asegurándose que estén dentro del rango. La creencia es que si el nivel es correcto y no hay luces de advertencia en el tablero, el camión está listo para enfrentar cualquier ruta.
En realidad, para la seguridad de su camión no depende solo de la cantidad del lubricante, sino de su calidad y estado químico. Este mito es, de lejos, el más peligroso, especialmente en las condiciones topográficas de Colombia.
Estado del Refrigerante:
Un refrigerante viejo o de baja calidad puede corroer los conductos internos del motor y perder su capacidad de transferir calor, llevando al sobrecalentamiento en ascensos prolongados.
A lo largo de este recorrido por los Mitos y Realidades más comunes, hemos llegado a una verdad innegable: el verdadero ahorro en el transporte de carga pesada proviene de un mantenimiento adecuado y productos de calidad.
Muchos transportadores confían en un “checklist” rápido antes de salir a carretera: verificar visualmente el nivel del aceite de motor, el refrigerante y, quizás, el líquido de frenos (en camiones livianos), asegurándose que estén dentro del rango. La creencia es que si el nivel es correcto y no hay luces de advertencia en el tablero, el camión está listo para enfrentar cualquier ruta.
En realidad, para la seguridad de su camión no depende solo de la cantidad del lubricante, sino de su calidad y estado químico. Este mito es, de lejos, el más peligroso, especialmente en las condiciones topográficas de Colombia.
Estado del Refrigerante:
Un refrigerante viejo o de baja calidad puede corroer los conductos internos del motor y perder su capacidad de transferir calor, llevando al sobrecalentamiento en ascensos prolongados.
A lo largo de este recorrido por los Mitos y Realidades más comunes, hemos llegado a una verdad innegable: el verdadero ahorro en el transporte de carga pesada proviene de un mantenimiento adecuado y productos de calidad.
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